jueves, 8 de octubre de 2009

Homónimo parte 2

Hoy amanecí
más pálido que de costumbre
sólo para variar,
para romper la rutina.

Anoche morí,
fue un suicidio ingrato,
creo que un poco precipitado
pues no lo disfruté.

Me arranqué las venas,
estaban de sobra
ya no había sangre en ellas,
eran como mangueras sin uso.

Nada tenía sentido
la melancolía ya no era disfrutable,
era tan sólo un estado
tan típico en mi.

Y ni hablar del amor,
demasiado superficial para mí
solo hiriente,
cansaba demasiado.

Hoy amanecí;
si es que a esto se le llama así
seco, pálido; muerto.
Que agradable día será.

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