domingo, 15 de agosto de 2010

A mi puta cama

A mi puta cama
le dedico estas líneas,
cuadro de soledad,
lugar de batalla.

En ella enfrento todo
de niño al coco,
después de varios años,
ahora enfrento mis errores.

Errores que se pagan caro,
con noches sin dormir
y con lágrimas
que se han convertido en ríos.

No todo en ella es malo,
pues los mejores momentos
los pase en ella
lamentablemente ahora son solo recuerdos.

No es que tenga nada en contra de ella
al contrario es bastante cómoda,
sin embargo lo que digo es cierto
cama; eres una puta.

Piropo personal III

Ni a golpes aprendo,
que hoy en día no existe para mí
una tortura más atroz y más dolorosa
que la idea de estar lejos de ti.

Piropo personal II

Mientras la idea de una musa constante se desangra lentamente entre mis labios,
siento como su vida se pierde en el olvido,
reflexiono lentamente mi sed de ti
y me viene la idea que te amo.

¿Quién diría?

Pasan los años, dejándome siempre sentado
siempre al final de la mesa, en la última silla.
Tanto tiempo he pasado en esta situación
que me duele creer que puedo cambiar mi posición.

¿Quién diría, que él siempre olvidado
es ahora recordado en cada momento?
siendo parte de recuerdos tan importantes
parece una mentira tan enorme.

Y mientras una voz me recomienda
seguir siendo yo y dejar de ser la marioneta del mundo
parte de mi, una parte siempre ignorada
me suplica entrar en los límites de lo cotidiano.

Y mientras cada vez es más común,
la idea del próximo apocalipsis,
pierdo el tiempo en cosas más simples,
cosas que me parecen cada vez más sensatas.

¿Quién diría que lo que a muchos les desagrada
lo que muchos temen o ignoran,
sea lo que hace que ella me recuerde
que mis comentarios, por ella no sean desapercibidos?

Por quien pelear

Rompiéndome la cabeza
sentado en la esquina más oscura,
del cuarto más oscuro,
observo el desgaste de los últimos años.

Tanta pelea sin sentido
tantas angustias sin perdón
reflejan en el espejo
una cara desgastada, una mirada dañada.

Y no puedo dejar de pensar que es mi culpa,
peleas donde debí manejar con insistencia,
las luche con fuerza, y manteniendo la presión,
nunca deje relajar los golpes.

Estoy tan cansado que en momentos me siento enfermo,
enfermo de todo lo que me rodea
incluso los pensamientos más ligeros me cansan
incluso las caricias más suaves duelen.

Que manera de vivir,
peleando batallas perdidas,
perdiendo batallas ganadas,
esperando por quien pelear.

Réquiem en Do

Esta noche tan cruda
te lloro en tono de Do,
armonizando con el coro de los muertos,
dirigido por la melancolía.

Tocamos un bello réquiem
la melodía de los desaparecidos,
escrita por el mismísimo Mozart
ya que no termino el otro.

Pieza perdida entre las sombras
que deja tu ausencia
ocupando cada vez más la cama,
asesinando a sangre fría la paz que tenía.

Nostálgica musicalidad es lo que poseo
resonando del cielo al infierno
interpretándolo mientras espero tu retorno,
esperando tu ser.

Egoísta

Lo mismo me da,
que mueran miles o no,
al cabo no los conozco.
Que egoísta soy.

Si, acepto soy un egoísta
pues por pocas personas,
doblego mi ego,
a menos ayudo.

Más en ocasiones duele el orgullo,
en momentos cada vez más comunes
necesito compañía cercana,
ternura y cariño.

Sin embargo reconozco todo eso,
lo que tu compañía me deja
ya no son solo juegos,
ya entiendo lo que soy.

Pocas cosas importan

Puede que pronto conozca la muerte
o que viva cien años más,
sin embargo por fin entiendo
que pocas cosas importan.

Los días vienen y van,
las palabras desaparecen,
los sueños, rara vez llegan
normalmente solo son sueños.

De nada sirve
un réquiem sin un muerto,
pintar sin pasión,
un verso sin un amor.

La espera

Te escribiré una proposición con sangre
para pedir permiso de perderme
en la noche de tu cuerpo,
arropado en el calor de tus brazos.

Te marcaré un “te amo”
donde solo tú lo leas
donde solo yo puedo escribir,
cubriéndome con una armadura distinta.

Acampare cerca de ti
para dormir en tu cintura
escuchando el murmullo de tu respiración
componiendo una mirada perdida.

Ahí esperaré la muerte
donde encuentro mi paz
ahí te estaré esperando
sentado, acampando, escribiendo.

Creencias

No hay razones para creer
que Dios está ahí o allá
que todo inicia o termina
posiblemente todo ya existiera,
la vida junto a la muerte
pueden ser la misma experiencia.


Incluso mi deseo de sangre,
o mi adicción a tu esencia
tal vez estaba desde siempre
razonando mientras sueño que todo es eterno.


Que mejor manera de filosofar
sin embargo nada me asegura
que exista una mejor manera,
solo en esté estado logro razonar
y estando entre tus brazos,
encuentro la paz.